Tal vez todas las épocas de la historia se experimentan como un tiempo de profundos cambios y sorpresas a quienes les toca vivirlas. Si así fuese, ésta no sería excepción. Pero la verdad es que creemos que estamos en medio de una vorágine de cambios que no nos da tregua y que nos asombran.
Son cambios que nos llenan de esperanza, porque la vida del hombre parece abrirse a nuevas e infinitas posibilidades de desarrollo que lo acercan a una vida más plena. Y también nos
llenan de preocupación porque, como en una ley que resulta inexorable, frente a cada nueva oportunidad aparecen la incertidumbre, la ansiedad y el peligro de equivocarse al elegir lo que
corresponde hacer.
Este nuevo entorno afecta la vida de las personas y sus relaciones sociales y familiares, el funcionamiento de la sociedad y el modo de relacionarse con las distintas organizaciones y
empresas.
Son muchos los dilemas que enfrenta un empresario. En primer lugar, lo que significa ser un líder ético. Qué violento resulta en los tiempos actuales simplemente dar una orden a alguien y exigir que se cumpla “porque yo lo digo”.
Qué mezquino es el comportamiento de un líder que hace callar a su colaborador cuando éste le pide que le ayude a entender el sentido de lo que se le ha ordenado hacer, diciéndole “te
pago para que hagas lo que te digo, no para que pienses”.
Hay una diferencia abismal entre el líder que se impone en virtud de su fuerza, y el que siente el liderazgo como una responsabilidad, un servicio, una deuda de gratitud que necesita saldar
con la sociedad.
El liderazgo ético tiene una adecuada apreciación del sentido de la autoridad y aplica el poder con ponderación. Pensamos que sobre los
conocimientos, habilidades y destrezas de un líder grava una hipoteca social en cuanto están llamados a ser un servicio a los demás.
Tal vez no haya tema más visible que la relación entre la empresa los empresarios y sus trabajadores. Se ha ido perdiendo el lazo de lealtad, y el vínculo entre ellos se está convirtiendo
en una relación puramente contractual y monetaria. El trabajo es meramente instrumental. Es una forma de conseguir recursos para ser más libre.
Pero la responsabilidad de la empresa no se agota en el contrato de trabajo, porque ésta debe asegurarse que la persona le encuentra sentido. Lo contrario, perder el sentido de lo que se
hace y de lo que se es, lleva a crisis existenciales que se manifiestan como depresión y estrés, y excesos en el consumo de alcohol y uso de drogas.
Son temas que la empresa no puede ignorar, desde un punto de vista puramente económico, porque impactan su accionar, y desde la ética, porque afectan muy radicalmente la vida de las
personas y la sociedad.
El liderazgo no es fácil. Y más difícil aún es el liderazgo que se pregunta por temas como la discriminación, la drogadicción, el alcoholismo, la violencia, la degradación moral, y tantos
otros ¿Qué debe hacer la empresa si, por ejemplo, enfrenta a un trabajador alcohólico o drogadicto? ¿Está obligada a hacerse cargo? ¿Es lícito hacerse cargo? ¿Es deseable hacerse
cargo?
Un tema fundamental en nuestros tiempos es el equilibrio trabajo-familia. O tal vez debiéramos decir el “desequilibrio” trabajo-familia.
Las largas jornadas de trabajo atentan contra la convivencia y el desarrollo familiar. Además, la mujer se ha incorporado crecientemente al trabajo fuera del hogar, lo que es ciertamente
beneficioso, pero exige encontrar nuevas formas de desarrollo familiar que aún no terminamos de descubrir.
Hay temas que en el pasado se consideraban como “temas sociales” de responsabilidad del Estado, pero hoy la empresa no puede ignorar su responsabilidad en temas de educación, pobreza y
corrupción. La formación de las personas no es sólo responsabilidad de las escuelas y familias. Los esfuerzos de educación PARA el trabajo y EN el trabajo claman por una mayor participación de
las empresas.
Sin duda que el tema que más atención atrae a personas de todas las edades es un tópico relativamente nuevo en la agenda de las empresas de todo el mundo: el cuidado del
medioambiente.
Estos son algunos de los temas que necesitamos profundizar para entender mejor los dilemas éticos.
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